A menudo, este problema puede atribuirse a errores en el manejo y mantenimiento de los abrigos de piel.
Uno de los errores más comunes que cometemos al cuidar nuestros abrigos de piel es el uso indebido de perfumes. A veces, en un intento de eliminar posibles olores de humedad, recurrimos a productos perfumados. Sin embargo, los químicos presentes en los perfumes pueden penetrar en la piel y causar daños, dejándola rígida y sin brillo. En lugar de enmascarar los olores, es mejor abordar la fuente del problema y buscar soluciones específicas para eliminar la humedad de manera segura.
Otro error grave que debemos evitar es meter nuestros abrigos de piel en la lavadora. La piel natural es delicada y sensible al calor y a los productos químicos agresivos presentes en los detergentes. El lavado en la lavadora puede causar estragos en la textura y la suavidad de la piel, provocando una pérdida excesiva de pelo y un aspecto deslucido. En su lugar, busca servicios de limpieza especializados o sigue las instrucciones de cuidado del fabricante.
Si las prendas de piel están en buen estado y se utilizan adecuadamente… ¡No deberían desprender pelo!
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